por Emilse Cecchi
Mientras el Concejo Municipal maneja un presupuesto anual de 362 millones de pesos en el que se contemplan todos los gastos de funcionamiento y al cual debería ajustarse a rajatablas; paralelamente atesora más 100 millones de pesos en un fondo común de inversión (FCI) cuya administración es poco transparente.
De acuerdo a la ejecución presupuestaria de Abril de 2024, al 30 de ese mes, el Concejo Deliberante de Arroyo Seco tenía atesorados en el Banco Credicoop por 100.222.770 pesos, producto de “ahorros” realizados con el esfuerzo de la ciudadanía y que no están incorporados al presupuesto.
Esto se explica porque durante varios años, el Dr. Gabriel Olivé que es personal de planta del Concejo Municipal, prestó servicios en el Ejecutivo pidiendo licencia en lugar de hacerlo como adscripto. De esta manera, el Concejo siguió computando su sueldo como un ahorro mientras él cobraba como personal político. Esto que los concejales pretenden hacen parecer como un ahorro, no fue más que un doble gasto para la ciudadanía que pagó dos veces el sueldo de Olivé.
Lo mismo ocurrió mientras Miguel Angel Coradini fue “licenciado” en tanto se aclaraba su situación ante la Justicia por la denuncia de abuso sexual contra una menor que aún pesa en su contra. Ese supuesto “ahorro” se logró como consecuencia de no cubrir la banca de Coradini, decidiendo el destino de la ciudad entre 5 concejales cuando correspondía hacerlo con 6. Esa banca vacía fue un representante menos en el concejo para defender los derechos de los vecinos.
Hace un año, luego de reintegrarse al cuerpo deliberativo, Coradini denunció la existencia de esos plazos fijos diciendo que había al menos 37 millones de pesos en el banco Credicoop. La cifra nunca se aclaró y es más; quien en ese momento ejercía el cargo de Tesorero, el concejal Jorge Cuello, dijo que ese dinero se usaba cuando hacía falta; que se habían comprado cuatro equipos de aire acondicionado, y que desconocia cómo se contabilizaba.
Esa denuncia dejó a las claras la existencia de una administración paralela que sigue sin transparentarse a la ciudadanía, que sufre las consecuencias del desfinanciamiento municipal con servicios deficientes a causa de estos “ahorros”.
Según la ejecución presupuestaria del mes de febrero de 2024, el Concejo tenía atesorados en el banco Credicoop casi 73 millones de pesos. En Marzo, la suma se elevó a 84 millones y medio y en Abril, se llegó a la friolera suma de 100 millones.
Sin perjuicio de ello, en medio de este crecimiento desmedido, el Concejo solicitó una ampliación de partida de 64 millones de pesos al Ejecutivo para adecuar los recursos a los aumentos de las dietas y del personal de marzo y abril por la aplicación de la paritaria municipal a la que están adheridos automáticamente.
Si en lugar de seguir atesorando, hubieran usado los ahorros para esa contingencia, esos 64 millones podrían haber sido invertidos en pavimento o en iluminación para los vecinos.
De esos 64 millones de ampliación que pidieron en marzo al Ejecutivo, 20 millones fueron a la cuenta de personal y 25 millones, para las dietas de las autoridades superiores. En tanto, otros 17,4 millones, se destinaron para pagar contribuciones patronales.
Lo cierto es que, según se desprende de la ejecución presupuestaria de abril, desde que comenzó el año hasta la fecha, el Concejo no ha realizado aportes y contribuciones a la Caja de Jubilaciones y a la Obra Social IAPOS, lo que resulta llamativo, cuando el dinero está más que disponible.
Para comprender la magnitud del gasto, el concejo municipal inició el año con un presupuesto de 299.800.000 millones de pesos que en marzo, se convirtieron en 362.200.000 de los cuales 215 millones se van en el pago del personal y las dietas de los ediles.
Un millón en café, cinco millones en movilidad y viáticos, 16 millones en gratificaciones e incentivos, 5 millones en equipos de oficina, un millón en limpieza, cinco millones de alquiler, 2 millones en archivo filmográfico de sesiones y muchos gastos más están previstos dentro del presupuesto, cuyas partidas son depositadas cada mes por el Ejecutivo.
La anterior conformación del Concejo había acordado invertir ese dinero en un bien para la comunidad, eligiendo como destino la adquisición de un terreno para la futura construcción de un edificio propio para la institución.
Está a la vista que eso nunca se hizo y a pesar de la grave situación económica que atraviesa el país, quienes nos representan siguen especulando con esos recursos en lugar de devolverlos a rentas generales para que se invierta en beneficio de la comunidad que es la única dueña de esos “ahorros”.