Su padre, de 67 años, declaró que la última vez que vio a su hija fue a las 16:00 horas del sábado, cuando la acompañó a la parada de colectivo en la intersección de las calles Zaracondegui y Rojas. Devita subió a una unidad de la línea 504 en ese momento.
La joven vestía zapatillas deportivas grises y fucsias, una calza larga floreada y una campera negra. Llevaba consigo una tarjeta SUBE y aproximadamente 20 mil pesos en efectivo. No poseía celular ni DNI al momento de su desaparición. Además, Devita padece trastornos de esquizofrenia y adicción, y no se encuentra bajo tratamiento en la actualidad.