De acuerdo a la versión oficial, en la tarde de este lunes, alrededor de las 18, agentes del Servicio Penitenciario fueron advertidos por miembros del Comando sobre la presencia de un ejemplar de esa especie en unas de las garitas de la unidad penal. El ave, avisaron, tenía atado un envoltorio en una de sus patas.
Los agentes rastraron la paloma hasta una vivienda cercana. Cuando llegaron hasta ese domicilio, la propietaria les comunicó que el ave estaba en el patio trasero. El parte policial señala que, con el permiso de la moradora, capturaron el ave y abrieron los dos pequeños paquetes que llevaba. En su interior, sigue el reporte, había una sustancia compatible con picadura de cannabis.
Los uniformados labraron el acta correspondiente y entregaron lo secuestrado a personal de la Policía de Investigaciones.
El antecedente más reciente de un hecho similar fue otro lunes: el 22 de abril. La noche de ese día, los despachantes de la marihuana se excedieron en el peso con el que cargaron a la pobre paloma. Eso hizo que el envío colombófilo se frustrara, porque a los guardias les llamó la atención un ave con evidentes dificultades para volar frente al portón del penal. En esas circunstancias, observaron cómo el animal sobrecargado dejó caer un envoltorio. Los análisis confirmaron luego que contenía picadura de cannabis: 61 gramos repartidos en dos “paquetes”.