21/11/2024 - Edición Nº265


Los Escribientes

HISTORIAS DEL FISCAL

Pinocho Esteban

25/10/2024 18:16 | Este cuento forma parte del libro “Historias del Fiscal” y fue escrito especialmente para el cumpleaños Nº 160 de la Escuela Adolfo Alsina, a la que todos, en Arroyo Seco, llamamos “la Fiscal” o “la 73”


por Edda Lucchesi


A Esteban nadie lo llamaba Esteban. Todo el mundo le decía Pinocho. Pinocho por dos cosas: tenía la nariz un poco larga y su papá era carpintero. También porque para el fútbol era de madera..

Todas las mañanas  Pinocho Esteban iba caminando con sus amigos a la Escuela Fiscal Nº 73. Estaba en séptimo grado y no sabía todavía qué iba a hacer después. Su papá le insistía para que fuera a la Escuela Técnica pero él  pensaba que en el Comercial iba a haber más chicas así que  lo más probable es que se decidiera por el Comercial.

Ese jueves Pinocho Esteban se quedó dormido así que cuando sus amigos pasaron a buscarlo para ir a la escuela no estaba listo. Se vistió apurado y salió con bastante atraso. “ Puf, no voy a tener tiempo de copiarle la tarea a Mía”,  pensó. Y sí, qué le vamos a hacer, Pinocho Esteban NUNCA pero NUNCA hacía la tarea.

Bueno, no se asombren. Quizás ustedes tampoco. O, quizás solo la hacen de tanto en tanto. No sé. Ni me interesa ahora. Más bien quiero contarles qué le pasó a Pinocho Esteban.

Como sabía que iba a llegar tarde, salió corriendo y en la esquina… PUM… chocó con  el Zorro. Por supuesto que el Zorro no era un zorro. Le decían así porque siempre se hacía el vivo y los otros chicos no querían ni acercársele. No estaba solo. Iba, como siempre, en compañía del Gato, que tampoco era un gato, pero lo llamaban Gato porque parecía tener siete vidas. Entre los dos lo convencieron de que  era mejor no ir a la escuela tan tarde. Seguro que la maestra lo iba a retar y los otros chicos a cargar por dormilón. “Por qué no aprovechás y te venís con nosotros a pescar”, le dijo el Gato. Y el Zorro, “Total, volvemos para la hora de salida y nadie se va a dar cuenta”.

Pinocho Esteban se fue con ellos muy contento pero… a medida que se iban alejando de la escuela, la plaza,  la municipalidad y cruzaban la vía, el latir de su corazón  se apresuraba más y más y él no estaba seguro de si era por entusiasmo o por miedo.

Cuando llegaron a la ruta 21 se encontraron con una señora amiga de su mamá que les preguntó adónde iban en horario de clase. El Zorro le contestó que estaban haciendo un trabajo práctico para Ciencias Naturales y el Gato  agregó que estaban orgullosos de que los hubieran elegido y que querían sacar una buena nota.

Pinocho Esteban no estaba acostumbrado a mentir así. Las suyas eran  mentiritas y éstas eran bien grandes. Pensٕó en su papá que siempre le decía, estudiá  y en su mamá, que se conformaba con que se portara bien. Así que les dijo que quería volver.

“Nooo”, dijo el Zorro.” Ni se te ocurra”, dijo el Gato. “Nos hiciste venir hasta  acá y ahora te querés ir”

Pinocho Esteban siguió caminando no muy convencido. Se le habían ido las ganas de faltar a la escuela. Pensaba que sus amigos estaban en la clase de Historia. Y tuvo ganas de estar con ellos. No era estudioso pero Historia le gustaba. También Ciencias Naturales. Y  más Gimnasia…Y…

En eso vieron que  una linda chica de  jogging y zapatillas venía corriendo hacia ellos. Cuando estuvo cerca Pinocho Esteban se dio cuenta de que era la Maestra de Música.

“¿Qué hacés acá a esta  hora, Esteban?” preguntó enojada. Y a ella no la engañaron las mentiras del Zorro y el Gato. “A la escuela inmediatamente”, dijo.

Y Pinocho Esteban la siguió contento.