Encuentro por una sociedad libre de pirotecnia

Este sábado por la noche varias personas se dieron cita bajo el lema Pirotecnia Cero e invitaban a llevar una cinta azul para concientizar, ya que su uso no solo afecta a quienes tienen sensibilidad auditiva o a las mascotas, sino también a quienes simplemente buscan vivir en una sociedad más respetuosa. “No puede ser que cualquier evento termine con pirotecnia y que las explosiones duren hasta altas horas de la madrugada. Vivir en sociedad implica respetar al otro”.

Aunque el encuentro fue de carácter ciudadano, la iniciativa logró involucrar a las familias de las organizadoras, hijos adolescentes y jóvenes adultos participaron en la preparación, cortando cintas y creando carteles para la ocasión. “Es importante que nuestros hijos vean que nos comprometemos con causas que benefician a todos. En mi casa no usamos pirotecnia, y quiero que mis hijos crezcan entendiendo la importancia del respeto hacia los demás y hacia el medio ambiente”, explicó Mariana, una de las organizadoras.

Este encuentro marcó el inicio de una campaña más amplia que busca fortalecer la conciencia colectiva sobre los efectos de la pirotecnia y sumar voces para exigir controles y castigos más severos para quienes infrinjan la ordenanza vigente, que nadie tiene en cuenta a la hora de celebrar cualquier evento privado, tampoco las autoridades responsables de hacer respetar y cumplir la normativa.

"Más burbujas, menos ruido"

En la localidad de Pueblo Esther, diversas instituciones y familias se han unido para alzar la voz contra el uso de pirotecnia. Bajo el lema "Más burbujas, menos ruido", la Asociación Civil Somos Tikins lidera esta campaña.

Nicole Morales, una de las fundadoras de la asociación, relata que la iniciativa comenzó hace más de un año y medio con talleres inclusivos y fiestas adaptadas. Sin embargo, el problema de la pirotecnia, recurrente en las celebraciones, impulsó a la organización a tomar medidas más directas. "En mi casa usamos moños azules para que los vecinos sepan que no utilizamos pirotecnia, algo que adoptaron en muchos hogares del pueblo”.

La campaña ha ganado fuerza gracias al trabajo conjunto con los Bomberos Voluntarios de Pueblo Esther, instituciones que trabajan con personas con discapacidad y familias de localidades cercanas. Durante una jornada reciente, distribuyeron burbujeros como una alternativa lúdica y libre de ruido para las fiestas "para que los chicos disfruten sin generar estrés a quienes sufren por los estruendos", explicó Nicole.

A pesar de la ordenanza municipal que prohíbe la pirotecnia, su venta clandestina persiste.

La pirotecnia: un problema que trasciende el ruido

Desde hace años, el debate sobre los efectos perjudiciales de la pirotecnia ha crecido en fuerza y ​​visibilidad. No se trata solo del impacto inmediato que provoca en personas con hipersensibilidad sensorial, animales o personas con discapacidades, sino de un problema mucho más amplio que afecta al medio ambiente ya la salud de todos.

El uso de pirotecnia no solo genera contaminación sonora, sino también química. Cada chispa y explosión libera sustancias altamente tóxicas, como el perclorato de sodio y bario, materiales que no solo afectan la calidad del aire, sino que también tienen consecuencias a nivel mundial debido al fenómeno de la deriva atmosférica. Como prueba de ello, especialistas aseguran que se han encontrado residuos de pirotecnia en lugares remotos como la Antártida, lo que demuestra que este problema no respeta fronteras.

Además, el impacto ambiental va más allá de lo que se percibe una simple vista, ya que provocan estrés en las plantas alterando su capacidad de realizar la fotosíntesis, con el consecuente daño que esto provoca, y también a los ecosistemas acuáticos y terrestres.

A pesar de los esfuerzos por implementar ordenanzas que prohíban la pirotecnia sonora, la realidad demuestra que estas normativas son insuficientes, ya que no existe una pirotecnia buena y una mala; toda es dañina. El desafío está en encontrar alternativas sostenibles que permitan celebrar sin destruir.

Japón, por ejemplo, ha demostrado que es posible reemplazar los fuegos artificiales por espectáculos de luces tecnológicas, promoviendo una cultura de respeto hacia el medio ambiente.

La lucha contra la pirotecnia no es una tarea fácil. Implica enfrentarse a intereses económicos importantes y desmantelar tradiciones profundamente arraigadas. Sin embargo, las iniciativas comunitarias y la difusión de información científica sobre su impacto son pasos cruciales para avanzar hacia un futuro donde las celebraciones sean inclusivas, responsables y respetuosas con el entorno.