El trágico accidente ocurrido en la costanera de Rosario, en la intersección de Presidente Roca, sigue generando conmoción y un intenso debate en la opinión pública y el ámbito judicial. El conductor del Peugeot 206 gris, Agustín David López Gagliasso, quien embistió y mató a Tania y su hija Agustina mientras conducía a 120 km/h, enfrenta cargos que dividen las posturas entre la calificación de dolo eventual y la negligencia grave.
El abogado Carlos Varela, reconocido jurista, asumió la defensa del acusado y busca evitar que su cliente sea condenado por homicidio con dolo eventual, figura que la jueza Paola Aguirre avaló durante la audiencia preliminar. Varela adelantó que intentará limitar la pena a un máximo de seis años, argumentando que los hechos, aunque "atroces", no configuran una intención de matar por parte del conductor del vehículo.
“Los procesos judiciales deben abordarse con prudencia y no desde las emociones”, señaló Varela, quien calificó la postura de la jueza como “demagogia judicial”, acusándola de actuar bajo la presión de la opinión pública. Además, cuestionó que la prisión preventiva de su cliente sea una medida adecuada y sugirió que el caso debería enmarcarse en los artículos del Código Penal aplicables a los siniestros viales, cuyas penas oscilan entre tres y seis años.
El relato oficial y las críticas públicas
Desde el Municipio de Rosario, encabezado por el intendente Pablo Javkin, se publicaron videos que reconstruyen el trayecto del vehículo antes del impacto fatal. En las imágenes, captadas por las cámaras de Video Control de Tránsito, se observa al Peugeot 206 circulando inicialmente a velocidad normal hasta que, al ingresar al túnel Arturo Illia, inicia una serie de maniobras peligrosas y acelera hasta superar los 120 km/h.
“Quiero ser muy claro. No nos van a convencer con trampitas legales. Las imágenes son concluyentes. El conductor mató y no hay situación que justifique semejante accionar criminal”, declaró Javkin en un comunicado. Además, aseguró que hará todo lo necesario para que la justicia imponga la pena máxima prevista por el código para un crimen de estas características.
El abogado defensor sostuvo que el dolo eventual no puede aplicarse automáticamente en casos de accidentes de tránsito, ya que implica la aceptación consciente de un resultado letal por parte del acusado, algo que, según su postura, no ha quedado demostrado. Aunque reconoció que las maniobras de López Gagliasso fueron imprudentes y derivaron en la tragedia, consideró que no hay pruebas suficientes para establecer una intención deliberada de causar daño.
También cuestionó el uso de precedentes judiciales que aplican el dolo eventual en casos similares y apeló a la necesidad de un debate legislativo para actualizar las penas por siniestros viales. “Si seis años parecen poco, entonces que se modifique la ley, pero el Poder Judicial no puede ser influenciado por las oscilaciones de la opinión pública”, subrayó.
El caso ha despertado una fuerte reacción social en Rosario, donde las voces de familiares y vecinos exigen una condena ejemplar para López Gagliasso. Sin embargo, la defensa alerta sobre los riesgos de dictar fallos guiados por las emociones. “Un accidente de tránsito puede sucederle a cualquiera”, afirmó Varela, pidiendo empatía y racionalidad en la evaluación del caso.