
La cuenta regresiva para el inicio del clásico rosarino llevó a Rosario Central a renovar este domingo el ritual de la caravana desde Arroyo Seco. El plantel emprendió el viaje hacia la cancha de Newell's con la mira puesta en el partido, pero también disfrutó del respaldo de los hinchas.
El pronóstico de lluvia no fue impedimento para el tradicional encuentro a metros del acceso a la autopista a Buenos Aires. La delegación auriazul salió a las 15 en dirección al parque de la Independencia y allí recibió el apoyo de una gran cantidad de simpatizantes.
Como de costumbre, los jugadores se hicieron eco de las canciones a bordo del ómnibus ni bien terminó la concentración en el predio del club. Los futbolistas reaccionaron con entusiasmo ante los gritos y saludos de quienes los esperaban en Arroyo Seco cuando faltaban varias horas para el inicio del partido en el estadio Marcelo Bielsa.
La partida de Central no fue sencilla. El conductor del micro avanzó lentamente entre la marea auriazul mientras una patrulla policial abría el camino desde la entrada.
Los hinchas llevaron bombos y bengalas sin preocupación por la lluvia que merodeaba el sur santafesino desde la primera hora de la mañana. La gran mayoría llegó en automóvil para ver la salida de los jugadores y darles el último envión anímico fuera del vestuario.
El traslado del equipo de Ariel Holan fue una de las acciones clave del operativo de seguridad del clásico, ya que Central fue a jugar a territorio rojinegro. El escenario presenta algunas complicaciones adicionales por fuera del marco habitual, ya que el último miércoles se registraron disturbios y corridas afuera del Coloso del parque de la Independencia.