
por Cora Verón
Desde la Secretaría de Salud, su titular Mariano Athie, informó que este año la incidencia del dengue en nuestra región ha sido significativamente menor en comparación con la misma época del año pasado. La principal razón detrás de esta reducción es el clima que presentó una sequía prolongada, impidiendo las condiciones favorables para la reproducción del mosquito transmisor. Esto fue a diferencia importante con respecto al verano anterior, caracterizado por una alta humedad por lo que este año el clima seco ha reducido la presencia del Aedes Aegypti en un 80%.
Sin embargo, el profesional advierte que esto no significa que podamos relajarnos. Con la llegada de los días lluviosos de estas últimas semanas, sumado a las altas temperaturas, las larvas de los mosquitos comienzan a eclosionar y a proliferar, lo que podría generar un repunte de casos. Por ello, es fundamental reforzar las medidas de prevención y concientización en la población.
Además, las autoridades sanitarias recuerdan que la vacunación contra el dengue está disponible en el Centro de Salud Ramón Carrillo y en el Hospital N° 50. Aunque actualmente está dirigida a personas que ya han tenido la enfermedad, ya que se ha identificado que aquellos que han sufrido una reinfección con un serotipo diferente pueden desarrollar complicaciones, si bien esto no es una regla general, es una tendencia observada en los pacientes más afectados.
Junto con la vacunación, la prevención sigue siendo una clave fundamental ya que se estima que el clima influye en un 80% en la proliferación del mosquito, pero el otro 20% depende del control humano. Debido a esto, es muy importante recordar la importancia de evitar la acumulación de agua en recipientes, ya que este es un factor esencial para frenar la reproducción del Aedes Aegypti. También es importante recordar que este mosquito no se cría en el campo ni en zonas abiertas, sino en entornos domiciliarios, en recipientes con agua limpia y en lugares sombreados.
¿Fumigar es la solución definitiva?
Uno de los reclamos más frecuentes de la población es la falta de fumigaciones masivas. Sin embargo, de acuerdo a la explicación brindado por el Dr. Athie, las guías sanitarias han ido evolucionando y actualmente no recomiendan la fumigación aeroespacial como una medida eficaz para combatir el dengue. Ciudades como Rosario han limitado este tipo de fumigaciones a parques, plazas y espacios verdes, no como una medida de prevención del dengue, sino más bien como una acción de confort para la comunidad. En los cementerios, por ejemplo, se sugiere reemplazar el agua de los floreros por arena húmeda para evitar la proliferación de larvas. Y en otros casos, la fumigación está reservada para acciones específicas, como bloqueos sanitarios en zonas donde se han detectado casos confirmados de dengue.
Por otro lado, según el mismo profesional, hay un equilibrio ecológico a tener en cuenta: el mosquito Culex, que es el mosquito común, actúa como regulador natural al alimentarse de las larvas del Aedes Aegypti en su fase de desarrollo, por lo que fumigar indiscriminadamente podría romper este balance y, paradójicamente, favorecer la proliferación del mosquito transmisor del dengue.