
Las profesionales aclararon que no habrá reemplazo masivo de árboles, ya que no se están extrayendo ejemplares, salvo casos muy puntuales, como lo es un pino deteriorado y con riesgo de caída, ubicado en uno de los canteros centrales. Además, se contempla estudiar la extracción o poda de algunos ejemplares como los jacarandás que ya estaban incluidos en un plan anual aprobado por Medio Ambiente, debido a su avanzado estado de deterioro.
“El análisis se hace en base al estado sanitario, las condiciones ambientales y factores como tormentas o vientos que afectan a estos ejemplares añosos”, detalló Luna. También explicó que los jacarandás, al ser biotrópicos, buscan constantemente la luz, lo cual provoca deformaciones cuando crecen en espacios frondosos, como es el caso del boulevard.
Por lo tanto y de acuerdo a lo manifestado por ambas profesionales, se retirarán únicamente aquellos ejemplares que representen un riesgo comprobado, siguiendo protocolos técnicos específicos. También se realizarán podas menores para garantizar el libre tránsito y la seguridad de peatones.
Respecto a la obra en sí, Niro subrayó que el diseño del proyecto busca respetar al máximo la vegetación existente. "En muchos casos renunciamos tramos de senderos para preservar las raíces, por eso el pavimento utilizado no es de hormigón sino un sistema articulado que permite desarmarse, intervenir en las raíces si es necesario, y luego volver a colocarse en su estado original", explicó.
En cuanto a los arbustos removidos durante los trabajos, la arquitecta explicó que fueron relocalizados en sectores cercanos, con una visión de unificación de los espacios públicos. Uno de esos sectores corresponde al lugar donde estaba ubicado un reloj de sol donado por la Escuela Técnica, el cual será puesto en valor como parte del patrimonio local.
Sobre el desarrollo de las obras, reconocen que hay sectores que no son ideales para el uso habitual de los vecinos, especialmente para quienes practican actividad física. Sin embargo, pidieron paciencia y colaboración a la comunidad. "Estamos trabajando con la empresa y en conjunto con el licenciado en Seguridad e Higiene municipal, Cristian Ríos, para garantizar que cada sector intervenido esté correctamente señalizado y vallado. Pero también necesitamos que la gente respete esas indicaciones por su propia seguridad", remarcaron.
Las experiencias anteriores, como la intervención en el sector del Paseo San Martiniano, ya demostraron la necesidad de adaptar el cerco de obra según el comportamiento de los peatones. “No se trata de incomodar, sino de cuidar a todos durante el proceso”, dijo Niro, quien también comentó que las lluvias de marzo ocasionaron algunas demoras en los plazos previstos.
El espacio del Paseo San Martiniano, ubicado en la intersección de Maiorano y Humberto Primo, forma parte integral de este proyecto de puesta en valor de todo el boulevard y abarca los canteros centrales desde Yrigoyen hasta Humberto Primo.