
por Cora Verón
De acuerdo consta en la información recopilada, el tornado que azotó Arroyo Seco en 1891 y 1967 no fueron hechos aislados. La historia meteorológica de la región da cuenta de varios eventos similares. Entre ellos, se incluyen la cola de tornado que el 11 de noviembre de 2003 destruyó galerías y techos de la Escuela Nº 73, o la tormenta que en 2009 arrancó los techos de varias viviendas del barrio Plan Federal II (Santa Rita), pocos meses antes de su entrega.
Según consta en los documentos, Arroyo Seco se encuentra dentro del denominado “Pasillo de los Tornados”, una vasta franja geográfica de América del Sur que concentra una alta frecuencia de tormentas severas. Este corredor es el segundo con mayor cantidad de tornados a nivel mundial, solo superado por el conocido "Tornado Alley" de Estados Unidos.
El ciclón de 1891: una tragedia fundacional
Otro hecho que marcó el nacimiento de nuestra ciudad fue el fenómeno meteorológico que sucedió el 13 de noviembre de 1891, cuando un ciclón devastador arrasó con gran parte del incipiente pueblo.
El periódico rosarino El Mensajero escribió:
“Esa población ya no existe. Entre sangre y lágrimas pasará a la historia como un cuento o novela. Un pueblo que desaparece es algo tan extraordinario, que la pluma no puede narrarlo, porque la mente se abstrae en la más profunda meditación”.
Este trágico episodio ocurrió apenas tres años después de la fundación en 1888. Además de las vidas humanas y bienes materiales perdidos, el desastre puso en riesgo el impulso fundacional, el arraigo de los primeros colonos y la esperanza de un futuro próspero.
Este ciclón está estrechamente relacionado con la posterior creación del Cementerio San Roque, inaugurado en 1894 gracias a la donación de tierras por parte de María de Garaghan. Cabe recordar que el primer terreno destinado al cementerio se ubicaba en la manzana Nº 11, hoy ocupada por el Hospital Nº 50.
Una anécdota ilustra la magnitud del desastre: el dueño de una casa recién adquirida en la esquina de San Martín y Libertad viajó ese viernes a Rosario para firmar la escritura del inmueble. Al regresar el sábado, encontró solo un terreno baldío y escombros donde había estado su propiedad.
Según la escala Fujita-Pearson, el ciclón habría alcanzado la categoría F4, con ráfagas de entre 265 y 320 km/h, capaces de levantar trenes y vehículos pesados. Este evento está registrado como uno de los más destructivos del hemisferio sur, con gran repercusión en la prensa internacional y análisis posteriores por parte de meteorólogos de renombre.
* En referencia al ciclón de 1891. El reporte es utilizado como fuente por la prensa.
Recopilación de artículos periodísticos nacionales e internacionales
“Más de 60 viviendas resultaron destruidas, hubo 10 víctimas fatales y 80 heridos entre la población. La estación del Ferrocarril de Buenos Aires y Rosario sufrió importantes daños y el galpón de cargas (26 m. x 10 m.) literalmente desapareció por efectos del ciclón; algunas chapas de hierro galvanizado aparecieron a 30 cuadras del sitio en que estaba emplazado. Numerosos vagones de carga estacionados en los desvíos de la estación quedaron volcados y algunos en posición invertida. Uno con 14 tn. de carga en su interior fue arrastrado a 30 m. de la vía férrea sobre la que se hallaba”.
Fuente: Revista del F. C. Central Argentino, Nº 50, febrero de 1915. Datos condensados y traducidos: A. Ferrer; Asociación Rosarina Amigos del Riel.
Notas de actualidad meteorológica - Un tornado en argentina “El Volumen X (de 1891) de los Anales de la Oficina Meteorológica Argentina (Buenos Aires, 1896) es una extensa cuartilla de 556 páginas. Contiene el sumario de las principales estaciones y un recuento general de la labor anual del director, W. G. Davis. El fenómeno meteorológico más notable del año fue un tornado, ocurrido el 13 de noviembre en Arroyo Seco, situado a 19 millas (aprox. 30,5 km.) de Rosario. Diez personas murieron y más de 80 resultaron heridas, y de las 50 o 60 casas del pueblo solamente 5 resultaron intactas. Las condiciones atmosféricas que precedieron al tornado, su desarrollo y su fuerza destructiva, son todas ellas características similares a aquellas con las que estamos familiarizados aquí en los Estados Unidos, en relación a nuestros propios tornados. El día había sido muy caluroso, y momentos antes de suceder el tornado el ambiente era sofocante. La dirección fue de sudeste a nordeste. Un vagón de carga, con más de 30.000 libras de peso (aprox. 13,600 tn.) fue llevado a una distancia de 98 pies (aprox. 30 m.) de la línea ferroviaria. Los cálculos de la fuerza del viento, basados en los datos disponibles, dieron por resultado una presión de 125 libras por pie cuadrado (610.30 kg/m2 ). Se pudo establecer que la dirección del torbellino fue de derecha a izquierda. Como el tornado ocurrió en el hemisferio sur cabría esperar un movimiento de izquierda a derecha. Quizás este remolino haya sido descripto como si hubiera sido visto desde el exterior, y no, como acostumbramos hacerlo nosotros, como si estuviésemos en el centro y mirásemos hacia fuera los vientos circulantes. Si este fuera el caso, entonces el giro de derecha a izquierda referido en la publicación significaría izquierda a derecha desde nuestro punto de vista, y el tornado de Arroyo Seco seguiría la regla general. O bien puede ser que este tornado fue una de esas muy raras excepciones y realmente giró a la manera del hemisferio norte, en lugar de comportarse según es común en su propio hemisferio. - 10 - Un panorama del daño que causó fue publicado en el Volumen X de la Revista Americana de Meteorología (opp. p. 350), y es interesante por el hecho de que la vista original es probablemente la única fotografía tomada de un tornado en ese hemisferio”.
Relato del hecho por el periodista Iván Flores
El Tornado de 1967
El 11 de septiembre de 1967, fecha en que se celebra el día del maestro. Parecía un lunes normal, aunque la propaladora de “Lalo” Méndez ya indicaba que iba a ser un día tormentoso. Fortísimos eran los vientos que ya venían azotando a la ciudad cuando, alrededor de las 20 horas, el cielo cobró un tono violáceo y se empezaron a escuchar ruidos truculentos: la tormenta, convertida en tornado, empezaba a arrancar las chapas del techo de distintos galpones. El fenómeno afectó a todo el Gran Rosario, sin embargo, Arroyo Seco fue el que más daño recibió. Entre los destrozos se encontraban: árboles caídos, ramas, chapas, antenas de televisión y teléfono, distribuidas a lo largo y ancho de la ciudad. Pero los estragos más importantes fueron pérdidas de viviendas y galpones de trabajo. Transcripción y facsímil del Diario “La Capital” edición del 13 de setiembre de 1967, informando sobre lo sucedido: INGENTES DAÑOS OCASIONO LA TORMENTA EN ARROYO SECO Fue la ciudad del interior más castigada “Del interior de la provincia, las localidades situadas al sur de Rosario fueron, con esta ciudad, las más afectadas por la fuerza tremenda del viento huracanado que hizo presa, en la noche del lunes, de una extensa región. Poblaciones seriamente dañadas y sectores rurales depredados hasta un extremo insólito, configuran un perjuicio consecuente con la magnitud del fenómeno, que superó, según se tiene memoria, todas las anteriores catástrofes de este tipo. Las limitaciones derivadas de la incomunicación que subsistía ayer con zonas de la importancia de Firmat, Venado Tuerto, Rufino y Casilda impidieron obtener el amplio panorama que merecía la importancia de la información. A pesar de tal inconveniente se logró conseguir detalles salientes de las consecuencias del tornado y la no menos desastrosa granizada. Arroyo Seco Esta ciudad fue la más castigada por el fuerte temporal; que pareció ensañarse en la destrucción de gran cantidad de bienes materiales, logrados por el esfuerzo tesonero de pobladores urbanos y rurales. La tragedia también terminó con una vida humana: la de la señora María Hernández viuda de Gorosito, de 54 años, que pereció como consecuencia del derrumbamiento de su vivienda ubicada en barrio Saboca. Un ambiente de tristeza, casi de duelo en algunos casos, decía en la tarde de ayer-ya valorado el daño en toda su magnitud- de la honda pesadumbre que embargaba a los pobladores de Arroyo Seco y también de Fighiera, Alvear, Pueblo Esther, General Lagos y otras localidades afectadas también por la tormenta, como Villa Gobernador Gálvez y Villa Diego. Apenas pasada la etapa más violenta del temporal, Arroyo Seco ofrecía un aspecto verdaderamente ilustrativo sobre las consecuencias de aquél. A oscuras -el corte de la energía eléctrica subsistía ayer- la ciudad mostraba un cariz desolador: chapas y materiales de construcción diseminados por las calles, antenas de televisión y carteles arrancados, casa de precaria construcción arrasada daban una idea palmaria de los perjuicios. A todo lo largo de la ruta 9 pueden verse galpones de mampostería tinglados y casas destruidas por la furia del viento que, a una velocidad superior a los 140 kilómetros, atravesó la zona en dirección sudoeste-oeste, arrasando con mucho de lo que encontró a su paso. Fueron abatidas muchas torres de la red eléctrica de alta tensión, lo mismo que postes telefónicos, algunos tronchados - 15 - a ras del suelo. Grandes árboles caídos sobre la ruta 9 todavía obstaculizaban ayer el tránsito. Un panorama más o menos concreto de los daños sufridos en Arroyo Seco lo ofrecerían estas referencias: gran parte de las plantas industriales, comercios y viviendas, perjudicados; derrumbe total del depósito de la cooperativa de Transporte; donde tres de los ómnibus allí guardados quedaron prácticamente sepultados bajo los escombros; lo mismo ocurrió en el edificio de la empresa de servicios fúnebres de Delorenzi Hermanos, con varios de sus vehículos seriamente averiados; fábrica de butacas SACIBA, parte de sus edificio derrumbado; taller de lavado y engrase de automotores de Carlos Gasparini; completamente desmantelado; cochería fúnebre Francesio y Lusardi, parte de su local desmantelado; Arroyo Seco Athletic Club, destrucción parcial de su salón de fiestas, daños de consideración en su sede social, en el cine y en el campo de deportes. Local comercial de casa Cecchi, parte desmantelado: galpones de la firma Moscariello, dañados, lo mismo que los galpones de José Constantini y de industria Texan. Líneas de electricidad común y de alta tensión, completamente destruidas, estimándose que su reparación demandará varios días. La municipalidad, a tono con la gravedad de la situación, viene cooperando, lo mismo que la policía, en la solución de los problemas que planean los damnificados. Muchas familias han quedado sin techo. El intendente José Costantini ha pedido la cesión de diez vagones ferroviarios para albergar momentáneamente a los damnificados. Por iniciativa de la Caja de Créditos se está ingresando una comisión de vecinos que se encargará de las gestiones necesarias para la urgente reparación de los daños. La carencia de electricidad, además de los trastornos que provoca en los hogares, trae aparejada la paralización de fábricas, panadería y otros establecimientos. También se presenta el problema de la falta de agua a domicilio -en la mayoría de los hogares de Arroyo Seco- por la paralización de las bombas eléctricas que extraen el líquido. Daños no menos importantes ha sufrido el campo. Los sembrados, como consecuencia de la granizada, han quedado prácticamente destruidos. Entre los cultivos más importantes de la zona se cuentan los de papa, trigo y verdura”.
Post tornado
El día después del cataclismo se vivió con gran desolación. La comunidad empezaba a salir temerosamente de sus hogares y se topaba con el desastre que había generado. Poco a poco, los pobladores empezaban a entender que se habían visto involucrados en el epicentro de un tornado F2/F3 que atravesó la zona con vientos a una velocidad mayor a 180 kilómetros por hora, cruzando en dirección sudoeste.
Las fotos ilustran: Tornado de 1967, Fábrica de butacas “Saciba” - J.B. Justo entre San Martín y Belgrano, Fábrica de casas de madera – J.B. Justo y Ruta 21, Galpón de Carlos Gasparini - H. Primo entre Belgrano y Moreno.