08/07/2025 - Edición Nº494


Arroyo Seco

TENSIÓN EN LA DESCONCENTRACIÓN DEL CLÁSICO

Incidentes entre hinchas de Unión y la policía tras el pase de Athletic a la final

06/07/2025 19:15 | La fiesta del fútbol local terminó en disturbios en las inmediaciones del estadio Antonio Di Giacomo. Mientras la parcialidad visitante de Athletic se retiraba sin inconvenientes, la desconcentración de los hinchas de Unión terminó en represión policial, corridas, piedrazos y una joven descompensada que no pudo ser atendida a tiempo por el bloqueo del operativo.



La tarde del domingo prometía ser una fiesta para el fútbol local. El superclásico entre Unión y Athletic definía nada menos que el pase a la final del Torneo Apertura de la Liga Regional del Sur. El “Picante” logró el objetivo, pero el cierre de la jornada dejó un sabor amargo y escenas de tensión entre la policía y la hinchada de Unión.

Adentro del campo de juego, el final del partido fue caliente: discusiones, empujones y algunos forcejeos entre jugadores de ambos equipos reflejaban lo que estaba en juego. No pasó a mayores, pero el clima ya estaba enrarecido.

Afuera, la desconcentración de las hinchadas fue seguida de cerca por un fuerte operativo policial. Mientras los hinchas de Athletic se retiraban sin incidentes hacia su sede por calle Belgrano, el grueso de la parcialidad local comenzó a hacerlo por calle Humberto Primo, donde se había formado un cordón policial a la altura de Moreno. En la esquina de Rivadavia y Humberto Primo, frente a la entrada del club, se concentraban aún decenas de hinchas de Unión, en una salida pausada pero sin desbordes.

Fue en ese contexto que, al pasar la hinchada visitante por el cruce de Belgrano y Humberto Primo, comenzaron los cánticos típicos del folclore futbolero, sin que se registraran agresiones directas. Sin embargo, lo que seguía sería inexplicable para muchos de los presentes.

De forma repentina, efectivos del cordón policial apostado sobre Humberto Primo y Moreno comenzaron a disparar balas de goma hacia los hinchas de Unión que permanecían en la puerta de la institución. El estallido de los disparos provocó el desconcierto y la reacción inmediata de la gente, que respondió arrojando piedras y botellas, mientras exigían a gritos que la policía se retirara para poder desconcentrar en paz.

Los disparos se realizaron a muy corta distancia, incluso a menos de dos metros, generando pánico y una estampida entre quienes estaban en el lugar. La policía avanzó a lo largo de Humberto Primo hasta cercar por completo la entrada del club, dejando acorralados a los hinchas entre el cordón policial y la fachada de la institución.

En medio del caos, una joven que se encontraba dentro de la sede se descompensó y debió ser asistida de urgencia por personal del buffet del club. Ante la imposibilidad de ingreso de una ambulancia por el cerco policial, fue retirada desmayada por la puerta principal y recién pudo recibir atención médica en el lateral del club sobre calle Humberto Primo.

El operativo dejó más preguntas que respuestas. Hinchas, vecinos y testigos coincidieron en señalar la desmedida actuación policial como el principal factor de escalada en los disturbios. Lo que había comenzado como una jornada de alto voltaje deportivo terminó con escenas lamentables que empañaron el cierre de un clásico que, hasta entonces, se vivía con la intensidad habitual, pero dentro de los límites del folclore del fútbol.