
por Cora Verón
“Es un hermoso día, no solo por el sol, sino porque pudimos concretar esta propuesta que reconoce a quienes escriben como forma de expresarse, de ver el mundo y de comunicarse”, expresó Erica Trotte, directiva de la comisión de la biblio. La feria no solo permitió la exposición y venta de libros, sino también el intercambio cercano entre escritores y lectores, fortaleciendo los lazos culturales.
Entre los autores presentes se destacaron nombres como Decur, Rosario Spina, Andrés Pierucci, Belkis Cima, Susana Zacaría, integrantes del taller Los Escribientes a cargo de Sandra Fabbi; Giselle Zingoni, Damián Andreoli, Daniel Chiummiento, Guillermo Kalp, Miguel Steeman y Tamara Martinelli, entre otros. Algunos autores que no pudieron asistir, como Belén de Rienzo, pero enviaron igualmente sus libros para ser compartidos con el público.
Miguel Steeman, escritor y miembro de la comisión directiva de la biblioteca, resaltó el valor de este encuentro: “La ciudad tiene una producción literaria muy rica, pero muchas veces estamos dispersos. Esta feria fue una forma de reencontrarnos, de mostrar lo que hacemos y ofrecérselo a la comunidad”.
Más Noticias, dialogó con algunos de los autores presentes, entre los que se encontraba Néstor Grasso, psicólogo y escritor prolífico: “Todo arte es terapéutico, curativo, y las palabras en el ámbito de lo humano son esenciales”, expresó, subrayando el valor de la escritura como herramienta de autoconocimiento y sanación. Grasso, quien ya había publicado Decir de los luceros en 2017, anunció la presentación de su nuevo libro Decir de amor de primavera, que reúne poemas, aforismos y prosa poética.
Otro de los protagonistas fue Daniel Chiummiento, quien compartió con emoción su primera obra publicada, Ese viejo río que va, inspirada en sus vivencias y viajes, especialmente su experiencia en el Amazonas peruano. Arquitecto de profesión, Chiummiento relató cómo, motivado por amigos y compañeros tucumanos, decidió embarcarse en un proceso creativo que culminó tras 5 años de dedicación y formación en talleres de escritura.
La feria no solo fue una vidriera para mostrar libros, sino también un espacio de diálogo entre autores y público que pasó por la feria, revelando la riqueza de voces que habitan la ciudad. Como bien lo destacó Chiummiento: “Me sorprendió ver la cantidad de autores locales. Hay una producción muy importante en Arroyo Seco que merece ser reconocida y difundida”.
El evento marca un hito en la vida cultural local, promoviendo la lectura y la escritura como formas de encuentro, identidad y expresión. La biblioteca, como siempre, cumplió un rol central, ofreciendo un lugar acogedor donde los escritores pudieron presentar sus obras y dialogar con el público.
Con esta primera edición, esperamos y deseamos que se abra una nueva etapa para la literatura de Arroyo Seco, con la esperanza de que esta feria se convierta en una tradición anual que siga dando visibilidad a las voces que, desde lo cotidiano y lo íntimo, construyen el imaginario colectivo de la ciudad.