
La fecha festeja estos vínculos, en recuerdo de San Joaquín y Santa Ana, quienes fueron los padres de la Virgen María y los abuelos de Jesús.
Por su parte, el Día de la Abuela se conmemora el segundo domingo del mes de noviembre de cada año, mientras que el Día del Abuelo el tercer domingo de agosto.
Los orígenes de esta fecha refieren a las fiestas litúrgicas de San Joaquín y Santa Ana. Se trata de los padres de la Virgen María y, por lo tanto, abuelos de Jesucristo.
Si bien no existen escritos oficiales en la Biblia sobre su figura, el evangelio apócrifo Protoevangelio de Santiago, escrito en el año 150, narra los primeros años de vida de María. En este texto, se cuenta acerca de sus padres y su historia.
Allí se narra que, Joaquín y Ana, a pesar de que era uno de sus mayores anhelos, no tenían hijos. Joaquín recibía burlas por no ser padre, por lo que decidió retirarse al desierto. En esa aventura de 40 días, se dedicó a la fe, realizar oraciones y un ayuno. Ana por su parte, según la Agencia Católica de Informaciones ACI Prensa, experimentó la aparición de un ángel quien le anunció: “Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo”.
Al poco tiempo del retorno de Joaquín a su hogar, la pareja tomó conocimiento de que se encontraba en la espera de un hijo. De ese milagro, nacería María, quien años más tarde se convertiría en la madre de Jesús y en una de las figuras más importantes del catolicismo.