04/12/2024 - Edición Nº278


Arroyo Seco

Lunitay, un espectáculo diferente

Florencia Volonté, Japón y los caminos del arte en la Biblio

12/11/2024 14:22 | Este jueves 14 de noviembre a las 18 horas en la Biblioteca Popular “Bernardino Rivadavia” se presentará "LUNITAY", un espectáculo de narración oral y música, para toda la familia a cargo de Florencia Volonté, autora de las ilustraciones y canciones que componen la función.


por Cora Verón


El Kamishibai es un teatrillo de origen japonés, que es usado desde la antigüedad para contar historias. El mismo genera un ambiente íntimo, donde quien narra y quienes oyen se vuelven partícipes de un encuentro artístico y humano significativo, así lo presenta o define la autora, quien en diálogo con Más Noticias, explicó que la obra “es relativamente nueva, este año la empecé a mover donde vivo en Capilla del Monte, Valle de Punilla, y como es portátil toda la función entra en una valija; y aprovecho para compartirla en lugares como Arroyo, que me encanta”.

Kamishibai nació en los monasterios budistas, “traducido al castellano quiere decir teatro de papel; es una especie de maletín o caja con unas puertas, tres por lo general, y adentro tiene láminas, se abren las puertas y adentro tiene láminas que vas removiendo a medida que la historia transcurre. Desde que lo conocí no dejé de usarlo”. Las historias que cuenta Flor son propias y de otros autores, la que compartirá este jueves en la biblioteca es un cuento propio, “se llama ‘La luna en el arrozal’, está orientado en Japón y cuenta la historia de Yun Woo, un niño que vive en una aldea de Japón donde se cultiva arroz y, el vínculo que sucede entre él y la luna, da como resultado que hoy veamos que la luna en el cielo se transforma, a veces es llena, a veces es menguante, y no voy a contar más así vienen a la función”.

Volonté nos contó que al kamishibai le suelen decir el tatarabuelo del televisor “porque antes no había televisores y se usaban mucho para contar historias, y en sí misma, la historia del kamishibai y su evolución es muy interesante”. También es una herramienta de la paz, “cuenta la historia de Haruto que vivía en la época de la Primera Guerra Mundial y fue obligado a ir a la guerra en la zona de Japón, y él se prometió a sí mismo que si sobrevivía iba a dedicar su vida a trabajar por la paz; fue aviador, sobrevivió y al regresar, la manera que encontró para trabajar por la paz fue utilizar un kamishibai, entonces ató este kamishibai a la bicicleta y empezó a ir de pueblo en pueblo, a las plazas, a lugares públicos y llamaba a los niños, a las familias a escuchar historias que promovían la paz, los valores humanos, la solidaridad, todos esos valores y sentimientos, entonces mucha gente dice que es una herramienta de la paz. Es muy lindo lo que sucede con el kamishibai porque lo que hace es generar un clima, un ambiente, si bien es un espectáculo y es una función, lo que hace es generar un vínculo real porque precisa que no sea un público de 500 personas, más bien de 30, 40 personas como máximo, porque la presencia, el mirarse a los ojos, el estar en vínculo con quien está escuchando y formando parte de la historia es importante, es una herramienta artística pero también humana y a mí me encanta pensarlo así. Es un poco los granitos de arena que una va poniendo en el camino para un bien, para sembrar una alegría, una esperanza, una sensación de amor, de reconectar con sentimientos puros”.

¿Por qué expresarte a través del kamishibai?, “el arte para mí es un camino de vida, y me resultó tan orgánico y natural como usar esta técnica, fue sorprendente como me la apropié de inmediato, porque me permite integrar las artes y mi camino artístico va por ahí”.

Florencia es profesora de música, estudió en Cruz del Eje, Córdoba. Actualmente forma parte de una biblioteca ambulante llamada Cuenterío, proyecto iniciado por Marcela Ganapol, que recorre las escuelas de Punilla contando cuentos y prestando libros. “El camino artístico, en mi caso, en mi vida, empieza con la letra, las palabras, la poesía, empecé escribiendo, publicando algunos poemarios y luego se abrieron las puertas de la música y empecé a estudiar, a hacer canciones. Soy clarinetista, aprendí a tocar en Arroyo Seco con  Alejandro Tisone que fue mi profe muchos años, empecé con el saxo en la orquesta de Arroyo y después me pasé al clarinete, hoy continúo con el clarinete como instrumento principal”.

Además, desde hace un par de años comenzó a ilustrar de manera autodidacta 100%, “empecé a ilustrar por necesidad, porque escribo mucho, soy bastante prolífica, muy fértil artísticamente y quería publicar unos cuentos ilustrados y, transitar el camino ortodoxo de la publicación, el más tradicional, es un tema aparte, con costos muy elevados, con la burocracia en sí misma, cuestiones editoriales, entonces hablé con una ilustradora de San Marcos, ella ilustró uno de los cuentos, pero también es todo, entonces dije: a ver qué pasa si lo hago yo, y así empecé, probando, jugando, permitiéndole a la niña manifestarse. Y me di cuenta que amo pintar, entonces este cuento que voy a compartir está ilustrado por mí”.

Para finalizar y con respecto a las expectativas de la artista frente a esta presentación, dijo: “En sí misma la posibilidad de compartir ya es una gratificación muy grande, generar estos espacios de encuentro humano donde el arte está presente como forma de comunicación que también permite inspirarse. Muchas veces pasa que los niños, al escuchar los cuentos y ver que quien los cuenta y los pinta  es una persona próxima, se inspiran y empiezan a hacer sus cuentos, empiezan a pintar, y eso para mí es un regalo inmenso, me hace muy bien compartir esto y estoy agradecida de la posibilidad. Lo hacemos a colaboración voluntaria, para que no sea excluyente el hecho de pagar una entrada porque si estuviera en un teatro o en otros espacios no existiría esa posibilidad. También para dignificar un poco el trabajo del artista”.